El malestar de la afición con el club fue alto al ver que se valoraban diversas ventas de futbolistas, cuando la llegada de Lim en 2014 hacía presagiar que ya no sería necesario vender para cuadrar presupuestos. Esto produjo que aumentara el distanciamiento entre la directiva del club y la grada de animación. El seleccionador Michel Platini seguía contando con él para la Eurocopa 1992 y logró convencerle de que se marchara a Inglaterra para recuperar la ilusión perdida.